Aunque aún no tengo nombre (me gustaría que los niños y niñas del Colegio Esperanza me pusieran un nombre… =’( ), ya tengo dos añitos de vida. Nací en el año 2011 en el parque de El Retiro. Primero fui una pequeña semilla, pero pronto empezaron a salirme raicillas en la cajita de plástico donde me habían colocado, y mis raicillas se expandieron alegremente entre la rica tierra que el jardinero Fernando me había puesto. Cuando los días empezaron a ser un poco más largos y yo ya notaba que la temperatura allí fuera era un poquito más cálida, decidí sacar mi primer tallito al sol y refrescarme con el rico aire del parque…
Cuando me asomé por primera vez, no sabía muy bien dónde estaba. ¡Aún era muy joven para saberlo, sólo tenía unos meses…! A mi alrededor, otros muy parecidos a mí estaban también sacando sus primeros tallos a la luz del sol. Así que decidí saludar:
- ¡Hola! ¿Quién eres? ¿Dónde estamos? - ¡Hola! Soy un durillo, como tú… Y estamos en el parque de El Retiro. El jardinero Fernando nos recogió cuando éramos sólo una pequeña semilla y nos cuidó muy bien durante el invierno. Gracias a él y a que nos colocó sobre una buena tierra, hoy estamos saludándonos.
Así fue como supe que yo también era un durillo.
Durante los últimos días del invierno (en los primeros días de marzo de 2012), otros compañeros fueron también sacando sus tallitos a la luz y, así, fuimos un total de doce durillos. Os podéis imaginar lo bien que lo pasamos allí observando tantas cosas que sucedían en el parque.
Así, poco a poco, fuimos sacando nuestras hojitas. Venían a visitarnos algunos pájaros habitantes o visitantes de El Retiro: petirrojos, gorriones, carboneros, herrerillos, mirlos… Y cantaban canciones muy bonitas. Los mirlos incluso cantaban de madrugada. Alguna vez que estaba yo durmiendo, me despertó un canto de un mirlo que se había colocado en una ramita de un árbol que estaba a mi lado. Los mirlos cantan muy bien, ¿los habéis oído cantar?
Pasamos un verano en El Retiro. Hubo algunos días con mucho calor. El jardinero Fernando nos venía a dar una duchita de agua cuando notaba que ya necesitábamos el agua. ¡Qué rica estaba! Luego llegó el otoño, el invierno y… el día 7 de febrero de 2013, ocurrió algo singular. Era una mañana muy fresquita. Aquella noche había caído una helada y todos mis compañeros y yo teníamos aún un poquito de escarcha en nuestras hojas. Vinieron a vernos una chica con su bicicleta y el jardinero Fernando. Nos colocaron a los doce juntitos sobre el trasportín de la bicicleta, nos ataron bien fuerte para que no nos cayéramos y ¡yupi…! …empezamos a movernos viajando sobre la bicicleta.
Fui un viaje espectacular. Yo no había visto nunca las calles de Madrid. Al salir del parque vimos personas caminando, patinando, otras personas en bici, perros, gatos, más pájaros… Pero al cruzar la puerta del parque había algo que nunca hasta ese momento habíamos visto… Hacían más ruido y se movían más rápido y me daba miedo. Soltaban un humo molesto, que me producía picor en mis hojas. Algunos pasaron muy cerca de nosotros. ¿Qué era esto?
Por lo demás, el viaje fue agradable.
Llegamos a una casita donde nos colocaron a todos juntos. Estuvimos allí unos días hasta que el día 14, tres de nosotros volvimos a salir de viaje. Esta vez el viaje fue por debajo de la tierra. ¡Espectacular!
Fue así como llegamos aquí en un periquete, al colegio Esperanza…
Después de estar un tiempo adaptandose en el centro, soportando las lluvias del mes de marzo..... ya era el momento de ser colocados en el mejor sitio....
Como necesitan un sitio soleado....se han plantado junto a la caseta del gas natural que hay proximo al huerto....LUGAR SOLEADO, RESGUARDADO DE LOS FRIO Y PROXIMO AL AGUA..¿hay mejor ubicacióm?
Pronto se pndrá una foto de la inatalación..
Se necesitan nombres para los durillos..... ¿a alguien se les ocurre alguno?.. se aceptan ideas....
Hola,
ResponderEliminarAunque aún no tengo nombre (me gustaría que los niños y niñas del Colegio Esperanza me pusieran un nombre… =’( ), ya tengo dos añitos de vida. Nací en el año 2011 en el parque de El Retiro. Primero fui una pequeña semilla, pero pronto empezaron a salirme raicillas en la cajita de plástico donde me habían colocado, y mis raicillas se expandieron alegremente entre la rica tierra que el jardinero Fernando me había puesto. Cuando los días empezaron a ser un poco más largos y yo ya notaba que la temperatura allí fuera era un poquito más cálida, decidí sacar mi primer tallito al sol y refrescarme con el rico aire del parque…
Cuando me asomé por primera vez, no sabía muy bien dónde estaba. ¡Aún era muy joven para saberlo, sólo tenía unos meses…! A mi alrededor, otros muy parecidos a mí estaban también sacando sus primeros tallos a la luz del sol. Así que decidí saludar:
- ¡Hola! ¿Quién eres? ¿Dónde estamos?
- ¡Hola! Soy un durillo, como tú… Y estamos en el parque de El Retiro. El jardinero Fernando nos recogió cuando éramos sólo una pequeña semilla y nos cuidó muy bien durante el invierno. Gracias a él y a que nos colocó sobre una buena tierra, hoy estamos saludándonos.
Así fue como supe que yo también era un durillo.
Durante los últimos días del invierno (en los primeros días de marzo de 2012), otros compañeros fueron también sacando sus tallitos a la luz y, así, fuimos un total de doce durillos. Os podéis imaginar lo bien que lo pasamos allí observando tantas cosas que sucedían en el parque.
Así, poco a poco, fuimos sacando nuestras hojitas. Venían a visitarnos algunos pájaros habitantes o visitantes de El Retiro: petirrojos, gorriones, carboneros, herrerillos, mirlos… Y cantaban canciones muy bonitas. Los mirlos incluso cantaban de madrugada. Alguna vez que estaba yo durmiendo, me despertó un canto de un mirlo que se había colocado en una ramita de un árbol que estaba a mi lado. Los mirlos cantan muy bien, ¿los habéis oído cantar?
Pasamos un verano en El Retiro. Hubo algunos días con mucho calor. El jardinero Fernando nos venía a dar una duchita de agua cuando notaba que ya necesitábamos el agua. ¡Qué rica estaba! Luego llegó el otoño, el invierno y… el día 7 de febrero de 2013, ocurrió algo singular. Era una mañana muy fresquita. Aquella noche había caído una helada y todos mis compañeros y yo teníamos aún un poquito de escarcha en nuestras hojas. Vinieron a vernos una chica con su bicicleta y el jardinero Fernando. Nos colocaron a los doce juntitos sobre el trasportín de la bicicleta, nos ataron bien fuerte para que no nos cayéramos y ¡yupi…! …empezamos a movernos viajando sobre la bicicleta.
Fui un viaje espectacular. Yo no había visto nunca las calles de Madrid. Al salir del parque vimos personas caminando, patinando, otras personas en bici, perros, gatos, más pájaros… Pero al cruzar la puerta del parque había algo que nunca hasta ese momento habíamos visto… Hacían más ruido y se movían más rápido y me daba miedo. Soltaban un humo molesto, que me producía picor en mis hojas. Algunos pasaron muy cerca de nosotros. ¿Qué era esto?
Por lo demás, el viaje fue agradable.
Llegamos a una casita donde nos colocaron a todos juntos. Estuvimos allí unos días hasta que el día 14, tres de nosotros volvimos a salir de viaje. Esta vez el viaje fue por debajo de la tierra. ¡Espectacular!
Fue así como llegamos aquí en un periquete, al colegio Esperanza…
Después de estar un tiempo adaptandose en el centro, soportando las lluvias del mes de marzo..... ya era el momento de ser colocados en el mejor sitio....
ResponderEliminarComo necesitan un sitio soleado....se han plantado junto a la caseta del gas natural que hay proximo al huerto....LUGAR SOLEADO, RESGUARDADO DE LOS FRIO Y PROXIMO AL AGUA..¿hay mejor ubicacióm?
Pronto se pndrá una foto de la inatalación..
Se necesitan nombres para los durillos..... ¿a alguien se les ocurre alguno?.. se aceptan ideas....